“Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos,
como del estremecedor silencio de los bondadosos.” (M.L.King)
Esta es una historia minima, de esas en las que algunos miserables, al amparo de nuestros miedos, nos muestran sus feroces mezquindades. Pero es tambien y sobre todo, un perfecto ejemplo de lo estremecedor que resulta el silencio de los bondadosos.
En una empresa muy conocida y de bastante prestigio, trabajaba como chico de los recados un chaval con una ligero trastorno motor, originado, puede ser, en alguna deficiencia psiquica. Quizas no. En cualquier caso resultaba casi inapreciable, pero lo suficiente como para que la empresa hubiera recibido una subvencion por contratacion de personal con minusvalias.
Se llamaba V.
Era muy diligente. Pero sobre todo era agradable y servicial. Siempre sonreia. Siempre estaba de buen humor. No creo recordarlo ni una sola vez con mala cara. Cuando se le llamaba para encargarle algun recado, sabias que no lo olvidaria y que vendria lo mas rapido que pudiera. No perdia el tiempo, ni se escaqueaba. Nunca extraviaba un paquete o tardaba mas de lo conveniente en hacer un encargo. Era un chaval muy cumplidor, pero lo mejor es que siempre saludaba como si hoy fuera el mejor de sus dias y conseguia que lo pareciera. Se habia convertido para todos en una especie de talisman del "buen rollo". Todo el mundo lo queria.
El fue el primero de una larga serie de despidos.
Cuando me entere de que la empresa habia decidido prescindir de el supe que se avecinaban malos tiempos. Tambien pense que se trataba de una acto de crueldad inutil. Ese tipo de violencia gratuita que nos horroriza porque se ceba en seres indefensos y nos deja ver lo peor que algunos llevan dentro.
Es esa escena feroz y primitiva de la persecucion al "tonto" del pueblo, que tanta incomodidad nos produce. El abandono de un perro, cuando
deja de ser un cachorro amable. El ensañamiento con el debil. Todo eso que casi de forma instintiva nos repugna.
La peor maldad reside en hacer daño inutilmente. Para nada. Porque si. Existen maldades con un cierto grado de necesidad que, si no las disculpa, al menos las hace algo menos repulsivas. Pero cuando se infringe una violencia sobre alguien inocente y ademas esa violencia es completamente gratuita, producto de la estupidez, entonces estamos frente a algo verdaderamente horroroso.
El despido de V. es una de esas cosas inutiles y estupidas, que casi siempre se les ocurre a tantos ejecutivos sin imaginacion que no saben hacer nada, mas que pavonearse. Esos mandamases dispuestos a ejecutar la mayor de las villanias solo porque el propietario se lo ha ordenado, porque no tienen ni la gallardia, ni el valor de decir que no.
Y en cuanto al empresario ¿Que soluciono despidiendo a ese chico? ¿Cuanto mas dinero gano?¿a que pudo destinar ese poco que consiguio ahorrar al despedirlo?.
No son preguntas retoricas. Querria darles una respuesta. Podemos pararnos y pensar lo que se esconde detras de ellas.
No soluciono nada, es mas, hizo que los compañeros de V. se horrorizasen y estuviesen mas a disgusto en su trabajo; que se sintiesen mas lejanos de la empresa, lo cual no es la mejor forma de elevar la eficacia en una organizacion. El despido de V. fue el primer paso de una larga estrategia terrorista.
Esa sensacion de desapego y desinteres en el conjunto de los trabajadores de una empresa, traducida a efectos economicos, vale infinitamente mas, tiene muchisimo mas valor economico, que el coste total de V.
Con la mezquindad se pierde mas de lo que se gana. Dice el refran que "la miseria solo trae miseria" y esta crisis va a enseñar a muchos miserables cuanta verdad hay en esas palabras.
En un sentido bruto, es decir sin todo lo que hay alrededor, tal y como calculan normalmente los brutos, con el ahorro de costes de V. el empresario gano una miseria mas.
Y digo gano, ojo, no dejo de perder; porque la empresa no estaba, ni de lejos, en perdidas.
Lo grave es que se toman medidas durisimas contra personas, privandoles de todos sus ingresos, con el objetivo de ganar mas, no de dejar de perder. A menudo lo que quieren hacernos creer que son perdidas, no lo son, sino menos ganancia. Se utilizan ambas expresiones, interesadamente, como si fueran sinonimos: Dicen "perder", cuando deberian decir "ganar menos", lo cual no es para nada cierto.
Hay demasiado ignorante y/o aprovechado que dice:
"si he ganado menos, he dejado de ganar, o sea que he perdido".
Es falso. Si una empresa gana menos que el año anterior no por ello pierde, ni mucho menos. Cuando una empresa esta en perdidas es una catastrofe, que hay que abordar entre todos, de una forma radicalmente distinta a si una empresa gana menos que antes.
En nuestra historia de V. la empresa no estaba en perdidas, ni por asomo.
Se trataba solo de una cuestion de simple codicia: reducir costes para ganar mas aun.
Esto es mas frecuente de lo que nos creemos. Se esta destruyendo tejido productivo por simple estulticia miope. ¿Que significa ahorrar unos miles de euros en una empresa que gana millones?
Esos pocos euros al mes que V. se llevaba como sueldo a su casa, al empresario no le resuelvian nada porque ya ganaba cientos de miles, le sobraba (y le sigue sobrando) el dinero, no sabe que hacer con el. Solo los va a notar su pobre cerebro enfermo de avaricia.
Pero para V. eran todos sus ingresos.
Y en cuanto a que destino iba a dar al dinero que habia dejado de pagar a V. no lo se, por la sencilla razon de que ni el mismo empresario lo sabia, como no sabe cosas mas importante de la estrategia de su empresa. ¿Que pretendia hacer con esos miles de euros? Nada. Engordar la cuenta de resultados. ¿Para que? Ni el mismo sabria responder. Estoy seguro de que si Dickens hubiera podido conocer al personaje del que hablo, habria ambientado su "Cuento de Navidad" aqui. Precisamente aqui y ahora.
Esto, sin embargo, es un caso real.
Despedir a V, ese gesto diminuto, es una "maldad" en toda regla y el silencio de todos los que hemos callado ante semejante mezquindad resulta estremecedor.
Cualquier buena persona siente horror ante ese tipo de barbaridades y asi fue en aquella casa cuando despidieron a V. Un murmullo de incredulidad la recorrio:
"¡Han echado a V.!""¿sabes que han despedido a V.?"
Pero nadie hizo nada; ni un gesto, ni una palabra, ni una sola pregunta a la direccion.
¿Y si alguien se hubiera levantado y hubiera expresado su disconformidad? ¿que pasaria si alguien hubiera dicho"porque?" "por esto no paso". Si nos atrevieramos a pensar de otra forma, podriamos entender para que serviria nuestra voz contra los actos de los malvados, como el despido de V.
Hay quien dice muy en serio, que la "propiedad" empresarial legitima para tomar todo tipo de decisiones, pero hace ya mucho tiempo que se convino en que eso es inaceptable.
El titulo de propietario de una empresa no da derecho a tomar medidas inmorales o injustas.
No da derecho a atropellar la dignidad de las personas.
Desgraciadamente se siguen cometiendo tremendas maldades amparadas en el mayor de los silencios.
El silencio del terror.
Y sigue habiendo cobardes que justifican esas maldades en el sacrosanto nombre de la propiedad.
¿Cuantos V. Conocemos?
Joaquin Bretones
Almeria 21 de marzo de 2013
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